Abel Guarinos · Joan FusterVeure fitxa del llibre - Reservar
Abel Guarinos · Joan FusterAlícia Martí y Sandra Gisbert, del Taller Municipal de Teatre
Abel Guarinos · Joan FusterSanti Vallés y Agustí Colomer en la Casa-Muso de Joan Fuster, en Sueca

Recomanacions

Abel Guarinos · Joan Fuster

Guarinos, Abel

Para estrenar esta nueva sección de recomendaciones bibliográficas, hoy hemos invitado a Abel Guarinos, que nos hablará de un libro singular: dos textos inéditos de Joan Fuster, un ensayo  y una traducción de un texto de Paul Claudel, reencontrados sesenta años después de haber sido escritos.

Santi Vallés y Agustí Colomer presentaron el libro el 21 de abril de 2015 en Octubre Centre de Cultura Contemporània de València y el 5 de febrero de 2016 en la Casa-Museu de Joan Fuster, en Sueca. Alícia Martí y Sandra Gisbert, del Taller Municipal de Teatre, bajo la dirección de Carles Royo interpretaron una escena de la versión fusteriana de La bona nova a Maria.

Dos textos inéditos de Joan Fuster “sobre” y “de” teatro

A Josep Lluís Sirera y Gonzalo Montiel
In Memoriam

La Biblioteca y Centro de Documentación de Música y Artes Escénicas de CulturArts ha incorporado recientemente a sus fondos un libro singular en el que se recogen dos textos inéditos de quien fue el intelectual y ensayista valenciano más importante del siglo XX: Joan Fuster (Sueca, 1922-1992). La editorial Denes, en un mismo opúsculo, nos da a conocer dos textos escritos por Fuster y no publicados nunca hasta ahora: el ensayo L’existencialisme en el teatre modern y La bona nova a Maria, versión valenciana del drama L’annonce faite à Marie de Paul Claudel. Ambos textos conforman el título número 14 de la Colección Rent que, de una manera ejemplar, dirige Agustí Colomer; y cuentan con una cuidada introducción —de Francesc Pérez Moragón (actual director de la Casa-Museu J. Fuster)— y edición —a cargo de Santi Vallés Casanoves y del mismo Pèrez Moragón.

De sobra es conocida la pasión, vehemencia, exactitud y acierto con que Fuster estudió tantísimos aspectos relacionados con las artes, la historia, la lengua, el pensamiento, la economía… de la humanidad en general, pero muy particularmente de los valencianos. Aunque Fuster no se dedicó al teatro con la misma reiteración que mantuvo con otros géneros literarios, muchas de sus reflexiones son remarcables y premonitorias, desde las Consideracions sobre la situació actual del teatre valencià1(que comenzó a escribir en 1959) hasta las observaciones puntuales y genéricas de Sagitari2 (de 1985), pasando por las múltiples referencias al teatro del XIX3 y, más concretamente, al del dramaturgo Josep Bernat i Baldoví4 (1809-1864), con quien compartía ciudad de nacimiento y de residencia pero en siglos —obviamente— diferentes, consecutivos.

La redacción de estos dos textos fusterianos tiene su génesis en la celebración, en 1952, de unos actos religiosos, solemnes y —también— literarios que celebraban la coronación canónica de la Mare de Déu de Sales, patrona de la ciudad de Sueca.

Por una parte se organizó un certamen literario o Juegos Florales que ofrecían diferentes premios en metálico de importes considerables para la época y también de un interés indudable para un joven Fuster de treinta años que ya disfrutaba de prestigio literario como poeta (ya había publicado los libros Sobre Narcís, 3 poemes, Ales o mans y Va morir tan bella) y como ensayista (publicaba regularmente en diversos medios como Almanaque de Las Provincias, Claustro, La Nostra Revista y Levante) pero ni tenía un trabajo estable ni pretendía hacer funcionar el despacho de abogado que un año antes había abierto en casa de sus padres, finalizados desde años atrás sus estudios universitarios de derecho. Su vocación de escritor profesional era evidente y los premios con dotación económica le ayudaban en este empeño (algo que ocurría entonces y —en muchos casos de nuestra literatura— sigue ocurriendo ahora).

Fuster escribió Les idees religioses i l’existencialisme en el teatre modern: un ensayo extenso y muy interesante, crítico y completo, donde aborda elementos clave de una etapa decisiva en la evolución del teatro occidental contemporáneo, en los cambios ideológicos y estéticos del momento, y en el que deja patente su conocimiento y dominio de la obra de Claudel, Jean Paul Sartre, Bernard Shaw, Albert Camus, Simone de Beauvoir, O’Neill, Williams, Miller, Karel Capek… y de un largo etcétera de autores coetáneos y de la más rabiosa contemporaneidad europea, norteamericana y soviética. Este es, justamente, el ensayo con el que se abre el libro de Denes.

Pero Fuster, en esos mismos días, está escribiendo también Las ideas religiosas y el existencialismo en el teatro moderno: un texto mucho más breve, que se alejaba bastante del estilo y del pensamiento fusteriano, en castellano, ultracatólico y antiexistencialista, pero susceptible de alzarse con el galardón y con el dinero que le acompañaba. Y efectivamente, éste es el texto que discreta y finalmente presenta al concurso y éste es el texto que obtuvo el primer premio. 

Para saber más del hallazgo reciente de estos dos textos (el bueno y el premiado) y de las peripecias y vicisitudes del por qué —probablemente— el escritor de Sueca disponía de un texto muy bien hilvanado y tuvo que cambiarlo en el último instante cuando se enteró de las verdaderas inquietudes y del nivel de los miembros del Jurado, debo remitiros a la introducción de Pérez i Moragón, cargada de nombres propios y de planteamientos detectivescos bien afinados.

Por otra parte —y al calor de las mismas fiestas en las que se honraba a la Mare de Déu de Sales— Fuster y sus amigos del Teatro de Cámara de Sueca organizaron una velada teatral. Al frente del grupo de teatro local estaba Francesc de Paula Bruguera (Sueca, 1928-2015), periodista, dramaturgo y político que dirigía la obra elegida: La bona nova a Maria. Tal como Fuster confesó por carta a Vicenç Riera Llorca5, la intención del Teatro de Cámara era representar «convenientemente valencianizada» la versión catalana que de L’Annonce faite à Marie hicieron Mosén Ribot y Ferran Canyameres y que se representó en mayo del mismo 1952 en el XXV Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona. Ante la imposibilidad de conseguir a tiempo la citada traducción y con el compromiso ineludible de los organizadores de montar la representación en valenciano, Fuster tuvo que “dictar” urgentemente una versión más teatral y menos literaria o poética que la versión original de Claudel, una versión para ser escuchada, representada y no tanto para ser leída. Por lo que se refiere a la observación de que Fuster no debió escribir la versión sino más bien dictarla, se deduce por el hecho de que no empleara su propia máquina de escribir, por algunas erratas y faltas de ortografía y por alguna que otra broma final del posible mecanógrafo nocturno: «Acotatione copistae: Ja ens podem anar a dormir. A Déu, gràcies. Bona nit! Bona nit!». 

En manos de Fuster, La bona nova a Maria sigue representando un canto a la concepción radical de la vida cristiana y sigue enalteciendo a la Virgen María como madre de Cristo y espejo de los llagados por la desgracia, pero elimina todo aquello superfluo y fatigoso de las largas intervenciones de los personajes claudelianos y abrevia y sintetiza muchos de los diálogos, y hasta se atreve a eliminar escenas enteras y a añadir pequeños diálogos que propician amenidad y comprensibilidad. Fuster huye de realizar una traducción stricto sensu y opta por hacer una traducción o versión asequible para el gran público, poco acostumbrado al teatro de ideas y filosófico, y —siempre— con un lenguaje fácil de entender. 

Para saber más sobre el lenguaje empleado en la versión de la pieza claudeliana sólo puedo remitiros a la obra publicada, volviendo a dirigiros a la introducción del libro si queréis averiguar cómo se ha encontrado el texto más de sesenta años después de aquel estreno, y cómo la censura franquista —que en nada reparó por el estreno en Sueca— sí que impidió que la obra  se estrenara en Valencia y que se emitiera como teatro radiofónico por Radio Valencia, cuando hasta la grabación de la obra estaba ya terminada.

Por todo lo expuesto podemos afirmar que nos encontramos ante un libro que es historia, literatura y reflexión en el que —entre muchas de sus virtudes— está el acierto de narrar algunas de las acciones de dinamización social y del valenciano que impulsó Joan Fuster —también— mediante el teatro, conocedor —como era— del potencial formativo y transformador y de la capacidad de llegar a todos los públicos que tienen las artes escénicas.

1 – Fuster, J. Consideracions sobre la situació actual del teatre valencià, Obres completes, 2, Barcelona, Edicions 62, pp. 359-377 [traducción catalana, con una «Nota complementària», de cinco artículos aparecidos en Jornada los días 30 de junio, y 1, 2, 3 y 4 de julio de 1959], 1969.
2 - Fuster, J. “Cultura popular” y otras reflexiones en Sagitari. València: Diputació de València, 1985.
3 – Fuster, J. “Plantejaments històrics del teatre valencià” en La decadència al País Valencià, Barcelona, Curial, pp. 27-113, 1976.
4 – Fuster, J. “Gràcia i justícia per a Bernat i Baldoví” en Combustible per a falles, València, Garbí, pp. 105-108, 1967.
5 – Epistolari 1993: Epistolari Joan Fuster – Vicenç Riera Llorca, ed. de J. Pujadas Marqués y J. Ferrer Costa, Barcelona, Curial, 1993.


Abel Guarinos es Diplomado en Pedagogía, Licenciado en Filología y Máster en Gestión Cultural. Trabaja como Técnico de Gestión Cultural en CulturArts Generalitat (Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte) desde donde coordina —entre otros proyectos— el Circuit CulturArts. Fue Director de la Mostra Internacional de Mim a Sueca de 1990 a 2014 y ha publicado teatro y sobre el teatro valenciano de los siglos XIX y XX (muy particularmente sobre Josep Bernat i Baldoví) y, en lo referente a otras disciplinas, sobre las obras de Joan Fuster y de Manuel Boix.

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