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La criada Zerline interrumpe la siesta del joven huésped de la casa. «¿Duerme Ud?». No debería hablar: es una criada, pero ha entrado en la habitación porque está decidida a hacerlo. En voz baja habla del pasado, de aquellos tiempos, de sus amores y sus odios. De una ambigua y nunca olvidada relación sentimental con un hombre al que también amó la baronesa, su ama, y por el que rivalizó con ella en un combate doloroso, surcado de victorias y humillaciones.
n su confesión palpitan la reivindicación del placer, la evidencia del egoísmo, la amargura de la incomunicación y, también, la distancia y placidez de la vejez.
A través del monólogo de la criada, se presenta, a su vez, la decadencia de una clase, la aristocracia alemana de los años 20 y 30, y su responsabilidad en la ascensión de Hitler al poder.

Representacions

Teatre Rialto: 21/10/1988