Carmen

Imatge d'alta resolució de Mila Moya

Carmen

Imatge d'alta resolució de Mila Moya

Carmen

Imatge d'alta resolució de Mila Moya


Carmen

Imatge d'alta resolució de Mila Moya


Fitxa de espectacle

Carmen

Companyia: Palau de la Música de València
Duració: 2 h. 50 min.


Documents per a consultar en la sala

  • DT/101 Dossier d'espectacle
  • F638 Fotografia en paper
  • 40/9 Programa de mà
  • F943 'Carmen'. 2 còpies (14,8*9,8 cm. Color)

Fitxa tècnica

Coreografia: Grecos, Julia
Direcció escènica: Martorell, Jaume
Intèrpret: Gisbert, Paco
Il·luminació: Faura, Albert
Espai escènic: Simón, Josep, Zuriaga, Manolo
Vestuari: Moreno, Pedro
Caracterització: Equip Ana Lozano
Col·laboració: Teatres de la Generalitat
Producció: Taller de Ópera del Palau de la Música de València
Música: Bizet, Georges
Cor: Cor de la Generalitat Valenciana, Escola Coral de Quart de Poblet
Ajudant de vestuari: Crespí, Miguel
Mezzosoprano: Firestone, Adria, Mentxaka, Itxaro
Direcció musical: Galduf, Manuel
Ajudant de coreografia: Genovés, Vicente S.
Tenor: Giner, Ignacio, Glassman, Allan
Baríton: Giner, Salvador, Peterson, Dean, Santana, Santiago
Ajudant de repetició: Guardiola, Alberto
Llibret: Halévy, Ludovic, Meilhac, Henri
Mestre repetidor: Hervás, Francisco
Regiduria: López Entrena, Elena
Baix: López, Carlos
Soprano: Martos, María José, Riñón, María José
Creació: Mérimée, Prosper
Intèrpret musical: Orquestra Municipal de València
Perruqueria: Peluquería José Miguel
Direcció del cor: Perales, Francisco, Redondo, Alicia


Més dades

PRIMER ACTO
En Sevilla, hacia el año 1820. La acción comienza en una plaza, frente a cuartel de los dragones del ejército de Alcalá. En frente de éste se alza una fábrica de tabacos. El ambiente es de tranquilidad provinciana.
El cabo Morales y sus compañeros hablan sobre los transeúntes. Entra Micaela, una ¡oven vestida con un traje de campesina navarra; es de aspecto angelical y se acerca tímidamente al cuartel. Pregunta por su paisano Don José. Morales e dice que Don José está ausente y la invita a entrar a cuartel, cosa que ella rehúsa. Micaela se va.
Se oye a lo lejos una marcha militar y llega la guardia entrante, seguida por un grupo de chiquillos que parodian e desfile. Con los soldados llega Don José, a que Morales narra la visita de Micaela. Se va la guardia saliente, acompañada por los mismos chiquillos, y se quedan solos Don José y el teniente Zúñiga. Este, que es nuevo en la plaza, pregunta a Don José acerca de las cigarreras que trabajan en la fábrica. Don José confiesa que, siendo andaluzas y un tanto ligeras de costumbres, las mira con precaución; él es de estirpe vasca y se halla en el ejército por huir de Navarra, donde tuvo un lance sangriento. Por no dejarlo solo, su madre se trasladó también a Andalucía y vive cerca de Sevilla con Micaela, una huérfana.
La conversación queda interrumpida cuando suena la campana y salen las cigarreras. Pronto se destaca entre ellas una gitana de maneras provocativas: Carmen, que coquetea con todos y habla del amor de un modo muy suficiente (L'amour est un oiseau rebelle). Tras reparar en Don José, se le acerca y le lanza una flor. Don José, muy turbado, recoge la flor y la guarda.
Vuelve a aparecer Micaela, que se dirige a Don José para darle una carta de su madre, y recuerdan su infancia (Parle-moi de ma mère); en la carta, la anciana recomienda a su hijo que se case con Micaela. Cuando Don José termina la lectura, la ¡oven ya se ha ¡do, pero él decide seguir el consejo de su madre.
Estalla un gran alboroto en la fábrica de tabacos; varias mujeres salen gritando y Don José, con un grupo de soldados, entra en el local mientras las cigarreras discuten entre ellas si la culpa del incidente la tiene Carmen. Ha sido una reyerta, y Carmen ha herido en la cara a otra mujer. José sale de la fábrica después de detener a la gitana, a la que Zúñiga interroga. Ella contesta con insolencia y el teniente ordena que, maniatada, sea llevada a la prisión. Entra en el cuartel para extender una orden de arresto y Don José se queda solo con ella, vigilándola. Ella tararea una canción seductora (Près des remparts de Seville). El militar se siente atraído por la gitana, que e promete danzas y amores en la taberna de Lilas Pastia, si él consiente en liberarla.
Don José, que ha aflojado las ataduras de Carmen, recibe la orden de trasladarla a la prisión, y entonces Carmen, dándole un empujón, se escapa. Pero Zúñiga no se deja engañar por la treta y arresta a Don José.

SEGUNDO ACTO
De noche, en la taberna de Lilas Pastia. En esta taberna suelen darse cita los contrabandistas, pero también acuden muchos militares atraídos por la concurrencia de bellas mujeres de raza gitana. Precisamente dos gitanas, Mercedes y Frasquito, están bailando. Carmen se suma a la danza y canta una canción llena de violencia (Les tringles des sistres tintaient). Lilas Pastia, que sabe que su local se halla estrechamente vigilado, anuncia que es la hora del cierre. El teniente Zúñiga, que está rondando a Carmen, habla con ella brevemente y le informa de que Don José ha sido degradado y ha sufrido un mes de cárcel. En este momento llega una multitud que aclama al torero Escamillo (Vivat, vivat le torero), que esa tarde ha lidiado con éxito en la plaza de Sevilla. Escamillo devuelve el saludo y repara en Carmen, a la que brinda la muerte de su próximo toro. Finalmente se van todos, incluido Zúñiga, que, apasionado por Carmen, insiste en que volverá. Carmen, Frasquito y Mercedes permanecen en la taberna, pues han sido requeridas por dos contrabandistas, el Dancairo y el Remendado, para ayudarles con sus gracias a distraer a la guardia para que puedan pasar su contrabando. Pero Carmen impone una espera: está enamorada y aguarda la llegada de su amado. Entra Don José y Carmen le obsequia con unas danzas. Pero de pronto se oye el toque de retreta, y Don José se dispone a regresar al cuartel (Je vais danser). Carmen, enojada, se burla de sus obligaciones militares. Don José le confiesa su amor (la fleur que tu m'avais jetée) y esto calma a la gitana, que le propone que la siga a las montañas. Don José parece dudoso, pero teme desertar (Non, tu ne m'aimes pas!); y ya se despide de Carmen cuando de pronto regresa Zúñiga, que ordena que se vaya al cuartel. El tono de desprecio del teniente subleva a Don José, que le desafía con el sable. Zúñiga no puede responder, porque a una indicación de Carmen entran los contrabandistas y se lo llevan de la taberna. Ahora Don José ya no tiene otra opción que unirse a Carmen.

TERCER ACTO
Un camino entre montañas. Es de noche. Los contrabandistas se disponen a pernoctar. Frasquito y Mercedes se entretienen consultando las cartas para conocer su futuro amoroso. Carmen también consulta la baraja, pero siempre le sale la carta de la muerte (Mêlons... Et maintenant, parlez... En vain pour éviter). El Dancairo reclama la colaboración de las tres mujeres para pasar e contrabando y Don José toma muy mal la marcha de Carmen, provocando una escena de celos.
En un lugar cercano al campamento, vemos entrar a Micaela con un guía que, temeroso, la deja en el lugar convenido y se va. Micaela también tiene miedo, pero se siente en el deber de hallar a Don José, para llevárselo consigo ya que su madre pasa los días llorando por él y su muerte parece inminente (je dis que rien m'épouvante). Micaela se esconde; un poco más allá aparece Don José, a que los contrabandistas han dejado de guardia. Llega un individuo sospechoso y Don José le dispara. Pero se trata de Escamillo, que se da a conocer, y Don José lo recibe con afecto. Pero cuando le confiesa que ha subido a las montañas porque ama a Carmen, Don José intenta apuñalarlo y solo la llegada de los contrabandistas pone fin a la reyerta. Escamillo, sin inmutarse, anuncia que ha venido a invitarlos a todos a la corrida, pero en realidad dirige sus frases a Carmen, que siente nacer un nuevo amor por el torero. Escamillo se va y Don José se enfurece.
En ese momento entran unos contrabandistas con Micaela, a la que han descubierto en su escondrijo. La muchacha confiesa que ha venido en busca de Don José. Carmen se muestra de acuerdo en que Don José debe irse cuanto antes, y é finalmente accede cuando Micaela le dice que su madre está enferma, pero avisa a Carmen que volverán a encontrarse.

CUARTO ACTO
Frente a la plaza de toros de Sevilla, el día de la corrida. La fiesta se presenta alegre; los vendedores anuncian sus productos; los niños y la gente esperan la llegada de los toreros. Zúñiga compra naranjas para Frasquito y Mercedes. Llega la cuadrilla, que cruza la plaza para dirigirse al coso: alguaciles, banderilleros, picadores y mozos. Finalmente llega Escamillo, del brazo de Carmen, y es aclamado por el público. Frasquito y Mercedes se llevan aparte a Carmen, y le hacen saber que Don José ronda por allí y le advierten del peligro
que corre. Todos entran a la plaza menos Carmen, que decide saldar cuentas con Don José. Este llega, implorando e amor de la gitana (C'est toi?), pero Carmen se niega, y le asegura que aunque la mate, no cederá. Se oye el clamor del público dentro de la plaza y Carmen se impacienta por entrar; a la pregunta de Don José afirma que Escamillo es el hombre que ama. De nada valen as súplicas de Don José y, cuando vuelven a oírse vítores desde la plaza y él insiste en sus exigencias, ella se niega y le lanza despectivamente un anillo que él e había regalado.
Carmen intenta entrar en la plaza, y Don José, enajenado, le clava un puñal, dejándola muerta en el suelo, mientras el público rubrica la faena de Escamillo cantando su canción del "toreador". Don José cae sobre el cuerpo sin vida de Carmen, y se resigna al castigo que le espera.


Representacions

Teatre Principal: 01/10/1997


Logo Culturarts

Plaça Viriato s/n · 1er. pis
46001 València
Tel. 961 20 65 38 · 961 20 65 00
biblioteca_teatre@ivc.gva.es
fmedina@ivc.gva.es